Las cifras así lo demuestran. El 30% de las personas entre 16 y 29 Años de edad que trabaja, lo hace a Tiempo Parcial y de ellas, más de la mitad, se ven obligadas a aceptar un contrato a Tiempo Parcial ante la imposibilidad de conseguir uno a Tiempo Completo.

Estas cifras, unidas a otras, reflejan la precariedad en los contratos que se les vienen haciendo a nuestros jóvenes y que golpean día a día a este colectivo tan necesario para el avance de nuestra sociedad.

Entre una de esas causas que reflejan la precariedad, se encuentran los contratos formativos.

Es en base a ello, por lo que el Ministerio de Trabajo y Economía Social, plantea la renovación de las condiciones salariales del “contrato formativo para la obtención de la práctica profesional”. Así lo que se pretende es que aquellos trabajadores con este tipo de contrato deberán cobrar lo mismo que lo que esté fijado en el convenio colectivo para un empleado que no esté en prácticas siempre que pertenezca al mismo grupo profesional y que cumpla con las mismas funciones.

El contrato formativo se destina a aquellas personas que están en posesión de un título oficial que los acredite para el desempeño de un puesto de trabajo, universitario, FP, u otro que lo acredite para ello. El objetivo de este contrato es dotarle de una primera experiencia profesional.

Junto con estos contratos formativos, se encuentran también los “contratos de la formación dual”, compaginando un periodo formativo con una actividad profesional ligada a dichos estudios. En el borrador que prepara el Ministerio, el salario de los trabajadores de este tipo de contratos NO tiene porqué estar por encima del SMI.

La precariedad de los contratos formativos